Fundación de Iniciativas Económica, Sociales y Políticas de Aragón

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viernes, 24 de diciembre de 2010

SÍ EXISTE UNA POLÍTICA ECONÓMICA PROGRESISTA

CÉSAR CIRIANO

Suele afirmarse que en los países occidentales, en las actuales democracias de masas donde existe un gran partido socialdemócrata y otro conservador, hoy en día no existen apenas diferencias entre las políticas económicas de unos partidos y de otros, y que únicamente éstos se diferencian en cuestiones de matiz, sobre algunos aspectos de las políticas sociales, territoriales o sobre libertades públicas.

Sin embargo, ésta es una opinión interesada, que los partidos progresistas que se encuentran hoy al frente de los distintos gobiernos en Europa y en EEUU deben ser capaces de desvirtuar, frente a la ideología neoliberal que se ha impuesto en todo el mundo en los últimos años, como una especie de pensamiento único, que en reuniones como la reciente Cumbre de Seúl del G-20 se ha dejado notar especialmente.

Para poder demostrar que sí existe alternativa, es fundamental que los progresistas a ambos lados del Atlántico tengamos en cuenta el importante papel que debe desempeñar el Estado y la idea de “lo público”, como instrumento regulador de los mercados y como distribuidor de los recursos públicos, para conseguir reducir las desigualdades sociales e instaurar una situación real y efectiva de igualdad de oportunidades entre los ciudadanos más pudientes y los más humildes.

En mi opinión, sí que existe y debe existir diferencia entre las políticas económicas neoliberales y las progresistas, y sí existe una alternativa al neoconservadurismo actual.

Esta alternativa, a mi juicio, debe fundamentarse en los siguientes principios: el primero, que en la actual época de crisis, es un momento oportuno y necesario para que se refuercen los instrumentos nacionales e internacionales de regulación y supervisión sobre los mercados, y en especial sobre los financieros, de modo que se garantice que en futuras crisis económicas mundiales, estos mecanismos sean capaces, de modo inmediato, de prevenir y de controlar estas crisis, sin necesidad de acudir al esfuerzo de contribuyente.

La instauración de tasas como la Tobin o la Stiglitz es absolutamente necesaria, y también la creación de nuevos organismos internacionales de regulación, derogando y sustituyendo el sistema del FMI, Banco Mundial y otros organismos que han quedado totalmente obsoletos en la actual situación de nuevo equilibrio mundial.

El segundo principio es el de la necesidad de conseguir la justicia social y el equilibrio territorial y ambiental en el mundo, de modo que en los países occidentales no debe admitirse ni un solo recorte en políticas sociales ni en inversión en infraestructuras ambientalmente sostenibles , y al mismo tiempo en los países menos desarrollados, es preciso aumentar de modo notable la cooperación al desarrollo, con un control efectivo para evitar la corrupción en la distribución de las ayudas.

Los progresistas en todo el mundo debemos estar orgullosos de “lo público” y del papel del Estado en la economía y en la sociedad, pero para ello es preciso una reforma y una reinvención profunda de los Gobiernos y de las Administraciones, para conseguir una reducción de trámites burocráticos, una mayor coordinación y una eficiencia de nuestros sistemas públicos.

Sólo de este modo se demostrará que lo público es válido y que no es necesariamente contrario al sector privado (como pretenden hacernos creer los neoconservadores –cuando ellos son los primeros en apoyar las ayudas, como ha sucedido en el sector financiero, o en el militar o en el agrario, como bien ha dicho siempre J.K. Galbraith-), que debe convivir en un régimen de interdependencia y de cooperación, con unos Gobiernos eficientes y transparentes, con unos mecanismos de control efectivos que eviten la corrupción.

Está en nuestras manos defender este modelo progresista alternativo, pero ello se demuestra no sólo con ideas, sino también con hechos, y es la hora de elaborar y poner en práctica una política económica progresista que sirva de contrapeso al neoliberalismo hoy imperante.

GOBIERNOS EFICIENTES COMO SOLUCIÓN A LA CRISIS

CÉSAR CIRIANO VELA

Los distintos Gobiernos europeos están adoptando en los últimos días y semanas medidas para hacer frente a la crisis de confianza que los mercados de adquisición de deuda pública han mostrado hacia los países con unas cuentas públicas y con unos sistemas financieros menos saneados.

En mi opinión, a pesar de lo mucho que se habla en los últimos días, el sistema financiero y las cuentas públicas se encuentran en España en una situación mejor de lo que interesadamente se intenta hacernos creer.

Dicho esto, sin embargo, la solución a la situación actual no es la reacción “cortoplacista” que están adoptando los distintos Gobiernos y las instituciones de la Unión Europea, con un recorte de los gastos sociales y las inversiones en infraestructuras y una subida de impuestos que, a corto plazo “calman” a los mercados, pero éstos, con su voracidad, enseguida “engullen” los miles de millones que los Estados ahorran de este modo, y vuelven de nuevo con sus exigencias.

Esta crisis actual es muy diferente de las anteriores (no existían las llamadas “economías emergentes” y los mercados eran nacionales) y, por ello, las soluciones a ella deben ser también distintas y es precisa una auténtica “reinvención de los Gobiernos” y un cambio radical y profundo en las formas de gestión pública en este siglo XXI.

Es preciso adoptar dos medidas: la primera, conseguir una mayor eficiencia de las Administraciones, con una reducción y simplificación radical de los trámites burocráticos actuales (que causan a los ciudadanos y a las empresas una pérdida en tiempo y en otros costes de muchas decenas de miles de euros al año) y con una mayor coordinación administrativa y una reducción drástica de los órganos administrativos, muchas veces duplicados y triplicados (con una supresión de las Diputaciones Provinciales, de las Comarcas y una reducción en España del número de municipios de 8.000 actuales a 1.000 ó 2.000 –en Aragón, de 700 a 100-150-), aumentando sin embargo las competencias y los medios financieros de los entes locales que queden, al ser la Administración más cercana al ciudadano, frente a las “mastodónticas” y muchas veces ineficientes Comunidades Autónomas. Y con un reforzamiento notable de los instrumentos de control, con las Cámaras de Cuentas y los Parlamentos como elementos esenciales.

Con esta mayor eficiencia pública se ahorraría entre un 10 y un 20% del gasto público (entre costes directos e indirectos), que serviría para mantener e incluso incrementar el gasto social (las desigualdades sociales se han incrementado con la crisis –lo cual es algo inmoral-) y también para estimular la inversión en infraestructuras tan necesarias en ciertos ámbitos.

Y la segunda solución es a mi juicio el reforzamiento del papel del Estado (y de la Unión Europea) como regulador del mercado, pues esta crisis se ha producido por un estrepitoso fallo en la regulación de los mercados financieros, a quienes los Estados y las instituciones internacionales deberían controlar mucho más (con tasas como la Tobin o la Stiglitz) y la imposición de sanciones drásticas a los directivos que cometan negligencias, con la aplicación de códigos de buen gobierno en las entidades financieras, con sanción radical para quien los incumpla.

Debemos apostar por la economía productiva y no por la especulativa, y los mercados están al servicio del interés general en una economía social de mercado como la que existe hoy en el mundo, y no el interés general al servicio de los mercados, como da la impresión que sucede últimamente.

Debe reforzarse el papel del Estado, de “lo público”, en tiempos de crisis, pero desde otra perspectiva muy diferente a la que en muchos ámbitos se está adoptando hoy en muchos gobiernos y Administraciones europeos y españoles.

martes, 1 de junio de 2010

EN TIEMPOS DE ADVERSIDAD, YO SOY OPTIMISTA

César Ciriano Vela
Presidente de Fundiniciativas. Abogado.

Cuando el Presidente Obama pronunció su histórico discurso en la Convención Demócrata de Boston en 2004, para arropar al candidato John Kerry, afirmó que Estados Unidos y el mundo tienen hoy solución, pero son necesarias soluciones valientes y decididas, y en la Convención que le eligió candidato, en agosto de 2008 en Denver, volvió a repetir las mismas palabras.

El lema obamiano era Hope is not Blind Optimism, que viene a significar en castellano “tener esperanza no significa ser ingenuo”.

Esta máxima considero que es la que debe guiar en el mundo a todos los gobiernos y a todos los ciudadanos en su acción cotidiana y en todos los planes que se pongan en marcha contra la actual crisis: debemos ser optimistas, pero al mismo tiempo realistas y pisar sobre terreno firme.

Por eso, aunque la situación es la que es (y con los acontecimientos tan drásticos de las últimas semanas), y los datos económicos lo están confirmando todos los días, debemos afrontar la crisis con valentía y con la convicción de que sólo una actitud positiva nos hará salir antes de ella, porque existe una base muy sólida para ello: en educación, en preparación de nuestros jóvenes, en experiencia económica y empresarial, y tantos otros valores positivos que tenemos.

En los momentos de dificultad es precisamente cuando debe aprovecharse para acometer las reformas en el sistema que refuercen sus puntos débiles, de modo que aprendamos de los errores pasados.

Para afrontar la actual situación con optimismo realista, podríamos recordar aquellas épocas de nuestra infancia donde, con muchos menos recursos y bienes materiales que los actuales, éramos felices con cualquier cosa: con una partida de cartas o de chavos, o una vuelta en bicicleta, o con un sencillo partido de futbito o de baloncesto, o con una mirada y una sonrisa recíproca cómplice a la chica o el chico que nos gustaba.

O, también, si observamos la actitud ante la vida de otros pueblos menos desarrollados que nosotros, a quienes no les afecta tanto actual crisis, pues se han acostumbrado a vivir con mucho menos, y por tanto ahora no tienen tanto que perder. Por eso en países como La India la gente no pierde nunca la sonrisa, pues no tienen que pensar en hipotecas, en vacaciones a lugares exóticos, en marcas de ropa, y en tantas otras recientes costumbres prescindibles de nosotros occidentales.

Igualmente nos puede servir como ejemplo de valentía la actitud de muchos de nuestros jóvenes, que practican deporte y tienen hábitos sanos, y sacrifican su tiempo de ocio para poder prepararse bien para el futuro, y para legar a nuestros hijos un mundo más saludable y con un entorno más cuidado.

Es tiempo de olvidar los lenguajes caducos de algunos mítines políticos, que incitan a la confrontación en lugar de a la tolerancia, y de contemplar el futuro con realismo, pero con el optimismo que es innato en el ser humano. Con las ganas de recuperar el impulso vital que todos llevamos dentro de nosotros, y de sacar a la luz los valores más hermosos del ser humano: la solidaridad, el amor, la creatividad y la valentía, la cooperación entre pueblos y entre individuos, la lealtad, el trabajo y el esfuerzo.

En España debemos hacer nuestro el lema de la Convención de Boston y ponerlo en práctica, como lo está haciendo ya el Presidente Obama desde que asumió su cargo en enero: porque soy realista, soy también optimista.

PARA SALIR DE LA CRISIS, REINVENTEMOS LOS GOBIERNOS

Se suele afirmar en la vida que en los momentos de crisis y de dificultad es cuando se demuestra la capacidad de reacción y la valentía de las personas, y también cuando se emprenden los cambios y las transformaciones más importantes. En las últimas semanas se están adoptando medidas económicas muy drásticas, con unos recortes que afectan a las capas sociales más débiles y a las clases medias, que son la base social del actual Gobierno, pero que no son la solución a la gravísima situación a la que nos enfrentamos, pues el problema de fondo que tenemos es que contamos con un sistema en general ineficiente y que necesita unas reformas radicales y drásticas. Pero los más débiles no son quienes deben ser quienes paguen la crisis.

Como alternativa a esa forma de actuar, si queremos seguir contando con Gobiernos que se ocupen de la prestación de los servicios esenciales (educación, sanidad, servicios sociales, construcción de infraestructuras…), y mantener a la vez nuestro modelo social europeo, debemos reinventar nuestros Gobiernos, haciéndolos más eficientes y productivos, con una valoración social mucho mayor de la función pública (pues debemos recordar que a la Administración se llega por oposición y que existen muchos funcionarios eficientes y con una gran preparación).

En Estados Unidos se habla desde hace décadas de la reinvención de los Gobiernos (véase la conocida obra, con este mismo título, de Ted Gaebler y David Osborne, que ha influido en las Administraciones norteamericanas de las dos últimas décadas).

En España, salvando las distancias con Norteamérica, en los últimos 30 años la Administración ha crecido notablemente, y hemos pasado de ser el país europeo con menos intervención estatal a ser hoy uno de los Estados con más burocracia.

Este hecho supone, en términos económicos, un coste que es difícilmente asumible en una situación actual de dificultad económica, y que para la competitividad de nuestra economía, es un lastre que es preciso corregir.

Otros países, como algunas de las llamadas naciones emergentes, cuentan con burocracias en general más ágiles que la nuestra y, por este motivo, están mucho más preparados para competir en la economía globalizada actual, basada en las nuevas tecnologías y en los nuevos sectores emergentes, como las energías renovables, los servicios sociales y otros de alto valor añadido.

Aragón y España deben ser conscientes de este impresionante reto de reforma administrativa que tenemos por delante, porque una Administración lenta y demasiado intervencionista es un obstáculo para el desarrollo.

Por el contrario, un Gobierno y una Administración eficientes son una garantía de impulso para la economía y para la sociedad, pues no podemos afrontar los grandes retos que tenemos en este siglo XXI con un aparato burocrático propio en muchos casos del siglo XIX.

Existen muchos ejemplos de Administraciones eficaces y de servicios que sí se están adaptando muy bien a estos nuevos retos, porque debemos decir con claridad que lo público es necesario para el correcto funcionamiento de nuestro sistema, y para que los valores europeos de la democracia social que ya instauramos en el viejo continente a partir de 1945 continúen teniendo pleno vigor.

El reto que tenemos por delante es enorme, pero por este mismo motivo, todos los Gobiernos sin excepción deben tener la valentía y la capacidad de decisión suficiente para emprender una auténtica reinvención y reestructuración, y aprovechar el talento y la preparación de muchos de sus funcionarios, que están esperando que los responsables políticos actúen como ejemplo y revulsivo de una situación que debe cambiar de inmediato, para tener el Gobierno moderno del siglo XXI que nos merecemos.

martes, 25 de mayo de 2010

Barack Obama y España

FUNDACIÓN CIENCIAS DE LA DOCUMENTACION
Administración y Gobierno
Publicado el 25 de Mayo de 2010



César Ciriano Vela

Presidente de Fundiniciativas.
Abogado





Mucho se ha hablado en este casi año y medio en que Barack Obama lleva en la Casa Blanca, en donde se ha producido un giro de ciento ochenta grados en las relaciones entre España y Europa y nuestros amigos y aliados norteamericanos.

La reciente llamada de Obama al presidente Zapatero para recordarle que España debía acometer reformas radicales en su economía y en sus finanzas públicas para afrontar con garantías la actual situación de brutal crisis económica que padecemos me ha hecho reflexionar sobre un aspecto en la forma de actuar del estadounidense que a continuación relataré.

En una conferencia que nos impartió Alana Moceri (presidenta del Partido Demócrata en España desde 2004 hasta 2009) el pasado 16 de septiembre en Zaragoza por invitación de Fundiniciativas, se reflexionó y debatió sobre las diferencias entre el sistema político estadounidense y el español, y cómo fue posible, en el otro lado del Atlántico, que millones de personas apostaran por un presidente que rompía barreras en cuanto a estilo y programa político, raza y clase social.

Y, sobre todo, por primera vez en la historia, una campaña política se desarrolló en una parte importante a través de Internet y las nuevas tecnologías de la información, atrayendo hacia la política a nuevas capas sociales que de otro modo no habrían participado en unas elecciones.

Con este modo de actuar, el Partido Demócrata norteamericano y, con ello, la política de este país, se abrió notablemente a la sociedad, y se creó un movimiento de varios millones de voluntarios, que en estos meses de presidencia de Obama han vuelto a ser movilizados.

Salvando las distancias en cuanto a cultura política entre España (y Aragón) y Estados Unidos, podemos llegar a una conclusión clara, pues la nuestra también es una sociedad occidental que utiliza cada vez más las nuevas tecnologías: es posible abrir el sistema político a través de Internet, y conseguir que los tradicionales y anquilosados mecanismos electorales se renueven y modernicen, y se consiga con ello abrir la política a los ciudadanos y a la sociedad.

En Aragón y en España es preciso acometer una renovación y una regeneración en las formas de hacer política, que den a ésta una mayor transparencia y la conviertan en mucho más participativa y abierta.

Resulta asombroso, por ejemplo, que en la web de las Cortes de Aragón o del Ayuntamiento de Zaragoza no exista un modo directo de enviar sugerencias e ideas a nuestros representantes políticos, como sí puede hacerse, por ejemplo, en las páginas del Congreso y del Senado (donde además se publica por ejemplo la declaración de bienes e intereses de cada diputado).

Este enorme déficit de transparencia y de relación entre cargos públicos y electores, que hoy tenemos en Aragón y en España, se plasma en una deficiente calidad de nuestra democracia, de modo que los problemas y preocupaciones de los ciudadanos no llegan de un modo eficaz y rápido a los políticos.

Es preciso por ello una transformación de nuestro sistema político, que debe introducir nuevos mecanismos de participación política y de relación directa entre electos y electores, y que a la larga ello suponga también un cambio en el sistema electoral y en las formas de actuar en política.

En tiempos actuales de crisis económica tan profunda que vivimos hoy, estos cambios resultan si cabe aún más necesarios, pues es precisamente en momentos como éstos cuando los políticos deben dar todavía más ejemplo a la ciudadanía, de transparencia y de cercanía hacia sus problemas.


Noticia original, aquí

miércoles, 28 de abril de 2010

ECONOMIA Y REFORMA DE LA ADMINISTRACION

César Ciriano Vela
Presidente de Fundiniciativas. Abogado.


En tiempos de crisis económica como los actuales, contar con una Administración Pública eficaz y ágil constituye sin duda un factor esencial y decisivo de competitividad para cualquier economía de nuestro tiempo.


La reforma de la Administración y la reducción de trámites burocráticos viene siendo, en las tres últimas décadas, un paradigma de actuación de todos los Gobiernos de los países occidentales, en sus distintos niveles territoriales.

Sin embargo, el problema de fondo que subyace aquí es que la Economía y la Sociedad tradicionalmente siempre han evolucionado de modo más rápido que la Administración, y habitualmente esta última sólo incorpora las transformaciones sociales una vez éstas se han consolidado. Pero a menudo no llega a tiempo para poder acomodar su ritmo al de la sociedad a la que sirve, lo que supone, a la larga, una pérdida de recursos y de potencialidades y, a la postre, de unas posibilidades que finalmente no son aprovechadas a tiempo.

Para cambiar esta tendencia que parece un hecho natural y asumido con normalidad por los políticos y los agentes económicos y sociales, es preciso, en los tiempos actuales, acometer una reforma de la Administración que se fundamente en un previo análisis profundo y sistemático del sistema económico y social actual, y de sus necesidades en relación con los poderes públicos que le sirven de fundamento.

No es razonable, por ejemplo (y más en tiempos de crisis como los actuales), que para poner en marcha un negocio el ciudadano deba esperar varias semanas o incluso muchos meses, con trámites en muchos organismos públicos de distinto ámbito, que con un sistema informático eficaz y una coordinación entre Administraciones el tiempo de espera se reduciría a pocos días o semanas.

En suma, los Estados nacionales están delegando, por arriba, competencias en la Unión Europea, y por abajo, transfieren servicios a los entes regionales y, en menor medida, a los entes locales.

Pero a la vez que tiene lugar este proceso descentralizador, la burocracia, lejos de disminuir y simplificarse, aumenta hasta unos niveles que para el ciudadano están comenzando a ser en muchos casos inaceptables y totalmente irracionales, pues muchas de las actuaciones administrativas se producen porque deben cumplirse las leyes (muchas se aprueban sin un estudio previo en términos de coste económico y social), pero sin tener una razón de ser concreta.

Esta situación de aumento de los trámites administrativos exigibles, aunque ha tenido como positivo el reforzamiento de la protección de los derechos del consumidor y de otros principios y valores sociales y públicos, sin embargo en la práctica ha significado la creación de un conjunto de trabas para la constitución y el posterior funcionamiento de las empresas y, en el fondo, de la economía productiva, que crea una distorsión y un desequilibrio que en términos de eficiencia económica supone la pérdida anual de muchos miles de millones de euros.

Ante ello, la solución que podría plantearse es la puesta en marcha de un plan coordinado, entre los distintos niveles administrativos (europeo, estatal, regional y local) que simplifique los trámites burocráticos y acerque más la Administración al ciudadano, consiguiendo que el Gobierno se sitúe finalmente al servicio de aquél y le considere como tal, y no como un simple “administrado” o “súbdito”, que soporta con paciencia y resignación la existencia de un sistema burocrático que sigue siendo más propio en muchos casos del siglo XIX que del dinámico siglo XXI en el que ya nos encontramos desde hace varios años.

Existen ejemplos recientes de Administraciones ágiles y modernas que podrían tomarse como referencia por parte de todas las demás, en aspectos como el uso de las nuevas tecnologías de la información, en el tratamiento personal y directo al ciudadano, en la coordinación entre servicios administrativos, en la utilización de métodos de gestión eficaz y ahorro de costes, en el empleo de sistemas de incentivos para los funcionarios o en la dignificación de la posición del empleado público, entre otros muchos ejemplos que pueden mencionarse de medidas ya adoptadas en algunos ámbitos.

Esta tarea de reforma administrativa es urgente, pues la situación de crisis económica actual exige a los poderes públicos la adopción de medidas valientes e innovadores de mejora de los servicios públicos y de apoyo a las empresas y a los emprendedores y a todas aquellas personas creadoras de riqueza y de ideas en nuestra sociedad.

De ahí que no podamos perder ni un día más en esta apasionante pero urgente tarea que todos tenemos por delante en los próximos años en Europa y en particular en España.






jueves, 15 de abril de 2010

GARRIGUES CREE QUE LA PELEA POLITICA Y LA CORRUPCION SUBIRAN LA FACTURA DE LA CRISIS

Lejos de pronosticar fechas sobre el final de la crisis económica, Antonio Garrigues Walker, presidente del despacho que lleva su nombre, se centró ayer en el cómo salir de la caída en barrena que han sufrido muchs países, entre ellos España.

En la jornada inaugural de la décima edición del Foro Pilot 2010, Garrigues fue tajante al afirmar (ante más de 900 asistentes que llenaron el Salón de Actos de Feria de Zaragoza) que "la falta de consenso y la corrupción (España ha pasado del puesto 18 al 25 en la clasificación mundial) elevarán la factura de la crisis" en España.
"El exceso de radicalización política tiene un coste muy alto", aseguró. E incluso añadió que " no nos merecemos el trato que los españoles recibimos por parte de las instancias políticas". En este sentido aludió a la necesidad de alcanzar pactos de Estado en materias como la justicia, la educación y un acuerdo social, que consideró muy importante para articular una salida de la crisis.

Garrigues, no obstante, se mostró convencido de la salida de la crisis, pero instó a buscar soluciones de forma ágil.



Os dejamos toda la información de una manera más extensa y completa en: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=574350

sábado, 13 de marzo de 2010

MAYOR TRANSPARENCIA EN ARAGÓN

ARAGÓN DIGITAL, 14-2-2010
http://www.aragondigital.es/asp/noticia.asp?notid=70788&secid=21
Aragón y España han experimentado, en los últimos veinte años (interrumpidos por la grave crisis económica actual), un crecimiento económico muy importante, que se ha traducido en una mejora notable en los servicios e infraestructuras públicas, y hoy contamos con colegios, hospitales o carreteras de un nivel similar al de los países de nuestro entorno.

Pero esta equiparación en nivel económico y social no se ha traducido en un elemento fundamental en un país democrático: el grado de control de los ciudadanos sobre sus gobernantes y en la reducción al mínimo del nivel de corrupción.

Por ello, la reducción de la corrupción a los niveles de los países escandinavos y del norte de Europa (es decir, la mínimamente asumible desde el punto de vista humano) es hoy uno de los retos más importantes de nuestra democracia, pues de nada sirve haber avanzado tanto en progreso económico y social si los mecanismos de control sobre los gobernantes fallan estrepitosamente. Los casos Gürtel, Santa Coloma y de Unió Mallorquina han sido las gotas que han colmado el vaso.

En Aragón el caso de La Muela ha sido un primer aviso a navegantes, pero no debemos olvidar que por las manos de todas nuestras administraciones y gobiernos han pasado en los últimos años miles de instrumentos urbanísticos y miles de contratos y subvenciones públicas, y se han gestionado muchos miles de millones de euros, con un control jurídico, financiero y social muy escaso en la mayoría de los casos.

Un país moderno debe contar con una Administración transparente y cercana el ciudadano, que rinda cuentas de hasta el último euro que gasta cada uno de los gobiernos, y donde el ciudadano pueda participar mucho más en la gestión de los asuntos públicos.

Deben emprenderse sin demora las reformas legales que endurezcan los tipos penales de tráfico de influencias, prevaricación, cohecho y los demás asociados a la corrupción y en Aragón urge poner en marcha la Cámara de Cuentas, con los medios materiales y personales suficientes, y que controle hasta el último euro en la gestión del Gobierno de Aragón, los más de 700 ayuntamientos, las tres diputaciones y las 32 comarcas.

Es posible que la profesión política (sobre todo entre quienes asumen responsabilidades importantes) no esté suficientemente remunerada, en comparación con la empresa privada, pero el hecho de asumir una responsabilidad pública constituye un honor, por el servicio a los ciudadanos que ello conlleva, y es intolerable que se cometa la más mínima irregularidad.

Los ciudadanos se merecen un sistema mejor, donde por fin nos equiparemos a los países de nuestro entorno en el control sobre nuestros gobernantes y en el grado de transparencia del sistema.

martes, 19 de enero de 2010

CONTENEDORES SOTERRADOS EN LAS FUENTES



El 13 de marzo del 2008 el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó la adjudicación de la contrata de limpieza y recogida de basuras a la empresa FCC por un total de 61,3 millones de euros anuales durante los próximos 20 años. FCC lleva prestando el servicio en la ciudad desde 1940. La calidad del proyecto técnico, especialmente en materia de eficiencia, de su planteamiento medioambiental y de los medios materiales con los que llevarlo a cabo fue lo que hizo llevarse a dicha empresa la contrata.
Una medida que ha llevado en marcha FCC es la sustitución de los contenedores antiguos de basura (envases, vidrio, papel, cartón...) por un modelo nuevo (de colores para distinguir el material), ganando en simplicidad a la hora de recoger la basura, pues sólo usan camiones de carga lateral con una pantalla en su interior que la manipulan los conductores para recoger los contenedores; eliminan, a su vez, el ruido de los anteriores camiones, ya que los actuales son ecológicos, y el de los operarios que se dedicaban a recoger la basura, debido a que el nuevo sistema necesita únicamente al conductor para activar el mecanismo que antes hemos citado; otra de las ventajas son las tapas de los nuevos contenedores, mucho menos ruidosas, por no decir nada, que las anteriores.
Sin embargo, en determinadas zonas (Casco Histórico, entornos de los mercados de Delicias y Puerta Sancho, etc) se ha procedido a la instalación de contenedores soterrados, disminuyendo así el impacto visual de los contenedores en zonas de interés turístico, eliminando los malos olores que desprendían los anteriores, aumento del volumen de recogida instalado, fácil acceso a los mismos mediante buzones, disminución de la contaminación acústica y, sobre todo, dismunición de los actos vandálicos que tantos problemas causan a los bomberos, ciudadanos, etc. En fase de instalación de estos contenedores están las zonas del Actur, Casablanca, Oliver, Torrero, Valdefierro y San José.
Los nuevos contenedores que sustituyeron a los antiguos tienen el incoveniente que arden con más virulencia y completamente, y están construidos con un material más inflamable, por lo que el riesgo a los daños a vehículos colindantes, árboles y primeros pisos de las viviendas cercanas es mucho mayor. De ahí el reciente caso de Las Fuentes, donde un individuo recientemente detenido, provocó fuego en cinco contenedores, que afectó a nueve vehículos y dos fachadas de edificios próximas.
Este barrio siempre ha sido objeto de innumerables actos vandálicos debido a que por la noche apenas hay tráfico, apenas hay viandantes por las calles y se respira una cierta tranquilidad, lo que le hace ser el punto de mira de los pirómanos, principalmente los fines de semana.
Estos hechos tan detestables podrían ser evitados si se sustituyeran los contenedores de envases, basura orgánica, cartón y vidrio por contenedores soterrados, como acertadamente ha propuesto el concejal Laureano Garín. Estos contenedores estarían debajo de unas plataformas sobre la acera que habría que activar mediante un sistema hidráulico, por lo que los contenedores sólo podrían sacarlos a las superficies los trabajadores de FCC.
Lo que pretende Laureano Garín es que en el barrio de Las Fuentes se proceda al soterramiento de los contenedores para evitar los actos vandálicos, como van a hacer ahora en otros barrios. Si este sistema se llevara a cabo le cambiaría la vida al barrio, ya que habría más espacios para aparcar (Las Fuentes tiene muy pocas plazas de garaje y muchos vehículos, y los contenedores actuales quitan muchas plazas de estacionamiento), se eliminarían los actos vandálicos al no haber contenedores en la vía pública y no habría que lamentar daños en el mobiliario con el consiguiente gasto en la reparación o sustitución de los objetos afectados.
Desde aquí apoyamos esta medida que Laureano Garín quiere llevar a cabo.

miércoles, 6 de enero de 2010

2010: REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA Y SALIDA DE LA CRISIS

En este año 2010 que acaba de comenzar, son muchos los retos que tenemos por delante: el primero y más inmediato, la lucha contra la crisis económica, y la necesidad de combatir el drama del desempleo y de dar un nuevo impulso a nuestra economía.
En España y en Europa se han adoptado algunas medidas positivas, pero en Aragón se aprecia una clara falta de liderazgo y de iniciativas y de nuevas ideas.
Si a ello unimos el creciente desencanto de los ciudadanos ante los recientes casos de corrupción política y empresarial, y la actitud hasta ahora bastante tibia para combatirlos, el panorama a simple vista es muy preocupante.
Pero sin embargo, por encima de los políticos y las corporaciones empresariales, debe emerger la sociedad con sus iniciativas y con sus ideas.
Desde Fundiniciativas pretendemos en este año 2010, al igual que hicimos en 2009, servir de revulsivo a la sociedad aragonesa y española para que se adopten medidas valientes contra la crisis (plan de reactivación del crédito, de creación de empleo en muchos sectores con futuro, apoyo a los jóvenes, mujeres y parados) y también para que se adopten medidas de regeneración ética y democrática.
Los retos son apasionantes en este año y esperemos estar a la altura de las circunstancias.

Gabriel Martínez, socio de Fundiniciativas

Aquí os ponemos el vídeo de Gabriel Matínez Cebolla, socio de Fundiniciativas, recogiendo el Primer Premio Nacional a la Innovación Educativa de la convocatoria de 2007, por el proyecto "Sin ti, ¿qué hacemos?", desarrollado en el IES Mar de Castilla de Sacedón, y en el que se encargó de coordinar el proyecto

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